EL «ACUERDO» DE MELELLA PARA LLEGAR A LA GOBERNACIÓN
Finalmente, el armado político del Intendente Gustavo Melella se asemeja más a un rejunte de oportunidades, que a un “acuerdo programático”. Sus socios principales y secundarios, el Mopof de los Löffler, el PSP de Fabiana Ríos y lo dirigentes como Horacio Catena y su amiga Mónica Acosta, primera legisladora por FORJA en Ushuaia, están en las antípodas del mensaje que venía pregonando el propio Melella. Ese mensaje tenía como ancla principal a la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, una enemiga política declarada de los Löffler y compañía.
La propia Mónica Urquiza, compañera de fórmula Melella, cuestionó públicamente en reiterada oportunidades al kirchnerismo, ahora lo hace en privado. El mensaje de lo “Nacional y Popular” que se intenta ensamblar desde FORJA no encuentra eco en sus socios políticos.
Sucede que FORJA, el partido creado por Melella, actúa como mascarón de proa para contener este rejunte de dirigentes que nada tienen que ver entre ellos, tanto en su formación “ideológica” como en sus intereses comunes.
Las declaraciones de “Loli” Löffler descalificando al kirchnerismo y al cristinismo con los peores términos para congraciarse con el dirigente del Frente Renovador Sergio Massa, aún están frescos. Fueron en las últimas elecciones cuando el Mopof de los Löffler eligieron ir contra el PJ de Bertone y del “Cristinismo” a nivel nacional.
No existe una explicación lógica para entender desde la política el armado que supo amasar el propio intendente Melella. Solo si se lo analiza desde los intereses personales, se podría trazar una idea. El Legislador “Loli” Löffler, busca su quinto mandato, el Legislador Pablo Villegas quiere su reelección y para eso ubico a su compañera de banca Mónica Urquiza como compañera de formula de Melella. Fabiana Ríos busca insertarse nuevamente en la política después que los votos le dieran la espalda, agazapada detrás de la candidatura de Analía Cubino, asoma el acuerdo con el PSP.
Atrás quedaron los días donde Melella gritaba a cuatro vientos que su “límite era los Löffler”, en aquel entonces buscaba desesperadamente una foto con Cristina Kirchner que nunca lo logró.
Por despecho o por algún otro motivo, tal vez haya que hurgar en sede judiciales, Melella decidió dar un portazo a los dirigentes del campo Nacional y Popular y rendirse a los brazos de los “popes” que hoy lo rodean. Muchos ven en el acuerdo político entre el Mopof de los Löffler y el propio Intendente las garantías de impunidad que necesitan las causa por acoso sexual que se ventilan en los estrados judiciales.
Otro que en este espacio busca su lugar de poder es el ex dirigente del SUTEF Horacio Catena, quien curiosamente comparte el mismo escenario político con la exgobernadora Fabiana Ríos, autora de su expulsión del gremio por violento.
En el rejunte de Melella, Catena ubico a su amiga íntima Mónica Acosta dirigente de la fábrica recuperada RENACER, como primer legisladora por Ushuaia en representación de FORJA, otra dirigente que supo despotricar contra el kirchnerismo.
Lo cierto es que la incorporación de la principal dirigente de la “Cooperativa RENACER” encendió la alarma entre los poderosos industriales textiles, plásticos, electrónicos y petroleros que ven peligrar sus inversiones en Tierra del Fuego. Sucede que Monica Acosta sostiene que la única forma de sostener una industria en la isla es a través del “cooperativismo”, tal cual lo hace en RENACER. Sin mencionar los millonarios aporte en subsidio, los industriales no avizoran una defensa firme de la Ley 19.640 que beneficie al conjunto de la industria instalada, más bien todo lo contrario, advirtiendo que el entramado de pensamientos de “izquierda” que cultiva FORJA difícilmente puedan defender lo más preocupante, la extensión de la 19.640.
En definitiva, la arquitectura política que sostiene el armado de Melella está sostenida por dirigentes que conviven a toda luces con intereses cruzados. Lejos de una amalgama homogénea que contenga un proyecto político, asentado en una ideología con principios, en donde los dirigentes que convergen se identifiquen claramente, el armado de Melella adolece de cualquier punto en común que debe tener un acuerdo político.
El aglutinante del acuerdo que tiene el frente” Vamos a vivir mejor” es sin dudas los intereses personales. Esta claro que Gustavo Melella no logró seducir a los dirigentes del campo Nacional y Popular, también está claro que no dudó en abrazarse en sus adversarios políticos con tal de llegar a la gobernación a como dé lugar.
Ahora es tiempo de impugnaciones. Las nóminas que sobrevivan pasarán a la oficialización. También será tiempo de hablar sobre las propuestas políticas y los candidatos deberán decir los suyos, excepto aquellos que por conveniencia decidan mantener la boca cerrada, por temor a su pasado reciente.